|
LA RUECA |
06 de Septiembre, 2009
·
La rueca |
Ester estaba descalza y la desnudez le subía hasta los muslos donde se abría la campana de su pollera. Desde lejos, el doctor Cafure le acariciaba el cuerpo con las manos incorpóreas de la mirada y abrigaba en sus entrañas la ácida ingesta de la carne cruda. Ester colgaba los trapos de la miseria en la línea de alambre que cruzaba su terraza con la sutil destreza que regala el hábito. Desde lejos, el doctor Cafure le subía la falda con el indetenible deseo transformado en viento. Ester pendía las prendas más secretas al paso de un aire secretísimo, prensaba los broches en las zonas más finas y no sentía el roce de los ojos traviesos del doctor Cafure, que se saturaba el seso con la sensación de la sed. Ester sospechó de la ventana que apenas se abría a la luz y se quitó la blusa frente a los impávidos ojos porcinos del espía. Encendió el radio, buscó la cadencia y tramó la danza que enfermó al fisgón. Ester bailaba, y los duendes bailaban y entraban a la pieza del doctor Cafure con los vaporosos enigmas que rebasan la esperanza, con la incertidumbre impiadosa de los impulsos, con la impúdica impresión de la impureza. Ester dejó que la campana de su pollera cayera, que su intimidad de raso rojo trazara un suspiro de asombro en la garganta del doctor Cafure, que el contorno de su piel flameara como una lenta víbora escondida en un manzano y contagiara la célula ardiente del hombre irresoluto que no negaba el fuego de aquel juego. A medio camino de la demencia, el doctor Cafure entreabrió un poco más las celosías del deseo con los poros enfermos de su instinto rancio. Creyó sonreír cuando ella lo vio con la epidemia caliente que abrigaba el desquicio. Ester recordó el fraude funesto de su familia, su sangre repleta de infortunio, el virus cuántico de su desgracia y el largo vaivén de la melancolía. El doctor Cafure traspuso la ventana, cruzó la terraza y llegó hasta ella, hastiado de enhebrar pedazos descosidos. Entró en su cuerpo como si fuera suyo y salió de él como si fuera otro. Al día siguiente, Ester, que estaba descalza y la desnudez le subía hasta los muslos donde se abría la campana de su pollera, pensaba que la muerte del doctor Cafure le dejaría libre el camino hacia el más chico de los Cervera, que entreabría la ventana para verla bailar. Aún más lejos, los gatos dormían, las aves cantaban y la providencia mantenía su eterna ebriedad.
|
|
publicado por
perlateo a las 04:27 · 4 Comentarios
· Recomendar |
|
|
Comentarios (4) ·
Enviar comentario |
|
Comentario de : mata [ Visitante ] Sitio web Me encantó el ritmo, la música que tienen las cadencias de tus frases. El crescendo que logras por medio de lo anterior tejido con la sensualidad. Simplemente maravilloso. Rebeca 21/12/2008 @ 16:47:21
Comentario de : el hugo [ Visitante ] Entre a tus cuentos como y salí como otro; del mismo modo que el doctor en marras. Flameando Hermoso 09/11/2008 @ 11:40:04
Comentario de : Julio Bepré [ Visitante ] La síntesis, su adjetivación, su ritmo in crescendo, y la atmósfera poética que envuelve todo el texto lo justifican como una creación excelente. 19/03/2008 @ 20:22:37 Comentario de : Elisabet Cincotta [ Visitante ] Sitio web La brevedad de tu cuento entusiasma. Te he leído con agrado. Elisabet 19/03/2008 @ 01:49:48
Comentario de : García [ Visitante ] Sitio web Encantadores textos. Es un juego que pocos narradores (ni poetas) han emprendido. Hay antecedentes, desde luego, pero tu trabajo es, por fortuna, muy tuyo. Enhorabuena. En realidad es una lectura disfrutable. Agustín García 18/03/2008 @ 23:06:22
Comentario de : SANDRI ENRIQUE [ Visitante ] Sitio web IMPRESIONANTE, ME GUSTAN LOS CUENTOS CORTOS. VAMOS BIEN, UNA JOVEN PROMESA. DESDE LUCIA,LUCIA.................... ESTOS CUENTOS SON OTRO RICARDO; BAH ME PARECE. UN ABRAZO SEGUI ESCRIBIENDO. UN CIERTO MORBO INTERESANTE. 18/03/2008 @ 22:09:37
Comentario de : fabian [ Miembro ] exelente ¡¡¡ 18/03/2008 @ 18:12:15
Comentario de : Balseiro Ruben [ Visitante ] Excelente, sutil, una perfecta unión entre narrativa y lirismo.....me gusto muchisimo, espero que haya mas para poder fisfrutar Un abrazo. Rubén 18/03/2008 @ 11:46:05
Comentario de : hirsch [ Visitante ] Muy bueno seguí mandando. un beso 17/03/2008 @ 14:21:34
Comentario de : Perrone Virginia Edit. [ Visitante ] Sitio web Ricardo, inicio tu lectura con este cuento. Luego iré por otros. Te hablo de éste, en principio. El voltaje de "La rueca" es intenso, sutilmente alcanzado; extraordinaria, además, la vuelta metafórica que hacés, y que desarroja desde el puro Sentido Instintual para colocar a tu Lector en el sentido de la pura Significación. Salto Cualitativo que sólo una Pluma Oficio e Inspiración consigue. Un viaje breve, rotundo, que recorre piel y pensamiento, sin concesiones y "tocando". Te seguiré visitando. Un saludo cordial. Virginia.
El título, el título es crucial y debe serlo cuando nos encontramos frente a una obra que así merezca ser llamada. La rueca, acreditado símbolo del tiempo, del comienzo, origen, conservación de la creación no apartao del sentido sexual y así como refiere a Eros (la vida) implica, por necesidad a Tanatos (la muerte). La rueca es uno de los atributos más antiguos de las Parcas, que hilan la trama de la vida y cortan el hilo. Para el caso del cuento veo yo una perfecta exposición de Eros, de la seducción más natural y primigenia, actuando con una libertad y una sutileza impecables. La trama tejida, esa trama de la seducción que es en sí la propia vida, se desliza con suavidad, con naturalidad y con la belleza de lo original, una Eva que se sostiene en todas las mujeres del mundo y un Adán que ha de pagar por su propia culpa. Y otro joven vendrá, porue la vida continúa y es una rueca. Es necesario para ello, morir de mor o de deseo consumado. No en blde tanto la rueca como la araña, que mata al macho que la poeses, son concomitantes. En lo formal, destaco, principalmente, el manejo del "tempo" narrativo, cuestión eencial cuando hablamos de cuento. Mis aplausos. Long-Ohni
Ruego disculpas. Se me han escapado algunos caracteres en mi comentario. Mi teclado no está funcionando de la mejor manera.Pero creo que igual se comprende el texto del comentario enviado. Nuevas felicitaciones. long
Blogs are so informative where we get lots of information on any topic. Nice job keep it up!! dissertation
21/08/2009 @ 13:34:55 Comentario de : fontes [ Visitante ] Sitio web hola tu blog esta muy bueno te felicito te mando un gran saludo desde medio oriente israel http://elbohemiodelanoche.blogspot.com/ 26/05/2009 @ 01:48:13
|
|
En imagen |
Tapa del libro: Mónica Caputo. Ilustraciones interiores de Rubén Pergament |
|
| |
Al margen |
Anotaciones por Alicia Digón y Héctor Faga |
Ricardo Rubio roza el rimmel, el rictus de las palabras y se filtra en los intersticios del lenguaje para domar al músculo de esa realidad que se torna otra. Alucinada, fatal, a veces introduce una estética extraña, procaz y provocativa. Ese juego de rarezas cotidianas que da vuelta como un guante a aquella minificción que da la espalda a la fantasía atrevida. Diríase que estas minificciones recortan al hombre post moderno, urbano, líquido, y ahí, en ese espacio, RR se vuelve insolente, rescata historias del pozo de los infiernos, allí, donde se cocina la verdadera literatura. RR, insisto, le saca fotocopias (cien) al ombligo de una mujer, mientras su jefe se pierde en la espesura de su cuerpo. Quien lo acompaña, es decir: quien lo ilustra, también juega al dominó con el diablo, y -como diría Ike Blaisten- sus dibujos, aparentemente inocentes, "tocan el violín en la panza de la luna". (Alicia Digón)
...del amor, la ira, la tristeza, la duda, la lujuria o la ambición, no excluyen la crítica, la ambigüedad y la fantasía. Bajo una apariencia coloquial, Ricardo nos muestra un exquisito manejo del lenguaje. Qué, si no, puede decirse de expresiones tales como “los feroces fusiles aullaban con su tos de chispa y desenfreno”, “mujeres con cuerpo atomatado y cara imprecisa de relojes”, o finalmente, “tajando en dos el pasado como una gacela muda”, preciosas imágenes exteriores a ser recreadas y desmenuzadas en la soledad de nuestro interior... (Héctor Faga) |
| |
|