|
LA FIERA Y EL CAZADOR INEXPERTO |
22 de Febrero, 2010
·
La fiera y el cazador inexperto |
Ilustración: Rubén Pergament
La fiera se inclina en la margen del río. Bebe, una, dos veces. El cazador también siente sed. Ha cortado numerosas ramas y ha pisoteado pequeñas plantas para llegar a esta orilla. Se inclina sobre el agua y bebe. La fiera se yergue, se eriza, mira el monte y, salvo el cazador, todo lo que ve le es conocido. El hombre se incorpora. No sabe lo que la fiera sabe. Mira en derredor y todo lo que ve le es desconocido, aún el tipo de fiera que es la fiera. El grito acecha y el monte, misteriosamente inmóvil, contiene la respiración para no perder detalle de la muerte que parece prometerse. Atenta, la fiera se crispa, se concentra, mide, se informa. El cazador no recuerda dónde afirmó su fusil, no sabe siquiera si puede moverse. La fiera se alza, crece, se acerca y se le mete por los ojos. El cazador se contrae, se acurruca, se aplasta, se oculta entre las hojas que dejó vivir. La fiera ha llegado hasta su cara, un aliento salvaje golpea el rostro del cazador que no recuerda el tiempo que lleva sin respirar. El monte aguza los sentidos, el agua del río ha dejado su eterno viaje para después. Ahora que la fiera huele al cazador, lo que ya sabía por los ojos se repite en su hocico. No tiene hambre. “No es momento de matar”, se ha dicho a sí misma en el raro idioma de su pensamiento. Será otro día. Vencida su curiosidad, la fiera se vuelve. |
|
publicado por
perlateo a las 15:23 · 7 Comentarios
· Recomendar |
|
|
Comentarios (7) ·
Enviar comentario |
|
Estimado Ricardo: Soy guatemalteco, escribo y preparo una antología Latinoamericana de Cuentos Cortos. Sería un gusto publicar una o dos de sus narrativas.
Desde luego las he disfrutado. Atentamente,
Enrique Godoy Durán
Le deseo un resultado feliz en su interesante tarea de reunir cuentos cortos. Si algún dia aparece impresa esa obra, me gustaria conocer la forma de obtener una copia. Buena suerte, Roberto Quezada
Escribo desde Argentina. Me gustó el estilo seco y veloz. También tengo algunos relatos hiperbreves. http://fotolog.terra.com.ar/ernestosimon
Excelente amigo Ricardo. Tema novedoso, agilidad y final inesperado. Felicitaciones
Excelente pieza, Ricardo. Mis felicitaciones.
¡Una pieza literaria perfectamente lograda, Ricardo! Las palabras precisas, la tensión creciente, un asombroso poder de síntesis y ese final contundente, por knock-out, ocmo predicaba Cortázar. Sos un gran escritor.¡Felicitaciones!
Hola Ricardo: me encantó "El tordo y el poeta" pues tiene la cadencia del arrabal porteño. Este poeta parece ser de los años 30 ¿as{i lo perfilaste?
En cuanto a "La fiera y el cazador inexperto", me gustó el juego de a la escondida, que tal vez sin haberlo pensado previamente, se realza. Felicitaciones. Magdalena
|
|
En imagen |
Tapa del libro: Mónica Caputo. Ilustraciones interiores de Rubén Pergament |
|
| |
Al margen |
Anotaciones por Alicia Digón y Héctor Faga |
Ricardo Rubio roza el rimmel, el rictus de las palabras y se filtra en los intersticios del lenguaje para domar al músculo de esa realidad que se torna otra. Alucinada, fatal, a veces introduce una estética extraña, procaz y provocativa. Ese juego de rarezas cotidianas que da vuelta como un guante a aquella minificción que da la espalda a la fantasía atrevida. Diríase que estas minificciones recortan al hombre post moderno, urbano, líquido, y ahí, en ese espacio, RR se vuelve insolente, rescata historias del pozo de los infiernos, allí, donde se cocina la verdadera literatura. RR, insisto, le saca fotocopias (cien) al ombligo de una mujer, mientras su jefe se pierde en la espesura de su cuerpo. Quien lo acompaña, es decir: quien lo ilustra, también juega al dominó con el diablo, y -como diría Ike Blaisten- sus dibujos, aparentemente inocentes, "tocan el violín en la panza de la luna". (Alicia Digón)
...del amor, la ira, la tristeza, la duda, la lujuria o la ambición, no excluyen la crítica, la ambigüedad y la fantasía. Bajo una apariencia coloquial, Ricardo nos muestra un exquisito manejo del lenguaje. Qué, si no, puede decirse de expresiones tales como “los feroces fusiles aullaban con su tos de chispa y desenfreno”, “mujeres con cuerpo atomatado y cara imprecisa de relojes”, o finalmente, “tajando en dos el pasado como una gacela muda”, preciosas imágenes exteriores a ser recreadas y desmenuzadas en la soledad de nuestro interior... (Héctor Faga) |
| |
|